La Plaza Santo Domingo se erige en el corazón de Mompox como un vestigio palpable del rico pasado colonial de la ciudad. Desde su concepción en los tiempos de la colonia española, esta plaza ha sido un centro neurálgico para eventos comunitarios, ceremonias religiosas y el intercambio comercial, reflejando la evolución social y económica de la región.

Desde su fundación, la plaza ha sido testigo de la evolución urbana de Mompox. En sus orígenes, funcionó como un mercado al aire libre donde los locales intercambiaban bienes y los viajeros de lugares remotos traían noticias y productos exóticos. Con el paso del tiempo, se transformó en un espacio más estructurado, con la construcción de edificaciones permanentes que albergan tiendas y cafeterías, manteniendo su rol como punto de encuentro para los ciudadanos.

Cultural y socialmente, la Plaza Santo Domingo ha jugado un papel crucial en la vida de Mompox. Ha sido escenario de importantes celebraciones festivas, actos políticos y eventos culturales que han fortalecido la identidad y cohesión comunitaria. Su influencia se extiende más allá de lo comercial y lo social, siendo un símbolo de la herencia y tradiciones que definen la ciudad.

A lo largo de los siglos, la plaza ha necesitado varias intervenciones de conservación y restauración para preservar su arquitectura colonial y su belleza estética. Estos esfuerzos han asegurado que tanto residentes como visitantes puedan seguir disfrutando de su ambiente histórico, contribuyendo así al turismo y a la educación histórica en la región.